La crianza del Cava viene dada por el tiempo que pasan las levaduras que provocan la segunda fermentación en contacto con el vino, ya cava, dentro de la Bodega. El mínimo de tiempo para ser Cava son nuevo meses, desde la tirada hasta el degüelle. La crianza nos aportará complejidad aromática y mejor combinación del carbónico con el vino.
Entre nuevo y quince meses de crianza, obtenemos un Cava (entendido como cava joven) y la precinta que lo acredita como tal es de color blanco.
Entre quince y treinta meses de crianza, el Cava es Reserva, y la precinta es de color verde.
Y si tiene más de treinta meses, obtenemos un Cava Grande Reserva, del cual es obligatoria la mención de la cosecha de la uva, y tiene que pasar calificación por el Consejo Regulador. La precinta que lo acredita como tal es de color negra.
La nomenclatura “Grande Reserva”, por vinos espumoso, es exclusiva del Cava.
Autor: DISALIMENT